lunes, 26 de octubre de 2015

¿Y SI HOY MUERO?

      Hace una semanas estaba viendo una película acerca del Tsunami del 2004, y aún cuando siempre he escuchado que ninguno de nosotros tenemos la vida comprada, en ese momento lo entendí. Al ver como de un instante al otro, las risas, los juegos de pelota, las memorias felices, fueron arrancadas sin previo aviso de forma brutal para ser sustituidas por la peor pesadilla que alguien pueda imaginar. La muerte, la destrucción, la angustia fueron la única realidad concebible por las cientos de miles de personas que se encontraron en un mal segundo, en un mal lugar. Y fue entonces cuando lo supe, supe que yo no tenía la certeza absoluta de que en mis próximos segundos de vida no iba a encontrarme en las coordenadas erróneas en el minuto trágico, supe que ni yo ni nadie sabe cuando la vida le será arrancada, ya sea de una manera suave, en medio del más hermoso sueño nocturno, o de forma violenta en medio de un terremoto, de un huracán o de cualquier cosa más. Y tan sólo unos días después de haber visto esto, llegó la noticia del huracán Patricia, por lo que hablando con mi madre de esto, una frase suya, sacudió mi vida. Y es que ella me dijo; Es muy triste pensar que para muchas de esas personas el pronóstico de la llegada de Patricia, también es el aviso de que ese será el último día de sus vidas, cosa que afortunadamente no sucedió, sin embargo, sus palabras me hicieron recordar la película que había visto tan sólo unos días atrás. Así que pensé ¿cuántos de nosotros quisiéramos que se nos avisara que al día siguiente vamos a morir? Pensé que yo quisiera ser una de esas personas, pensé que me gustaría saberlo, pero luego me pregunté el porque. ¿Me gustaría saberlo para poder tomarme 24 horas para hacer todo aquello que siempre he querido hacer? ¿Y por qué no hacerlo ahora? ¿Para qué esperar a que me avisen el día de mi muerte?
¿PARA EMPEZAR A VIVIR?


            Mejor empiezo ahora, mejor me arriesgo y me lanzo directo a mis sueños, mejor empiezo a vivir cada instante como si fuera el último, porque cuando la muerte llegue, quiero decir; YO SÍ VIVÍ. Y  es que, ¿cuántos de nosotros en vez de vivir sobrevivimos? Vivimos en medio de la rutina, del hábito, nos despertamos peleando porque la vida nos robó 5 minutos de sueño, en vez de agradecer que tenemos 5 minutos más para poder vivir, para poder hacer lo que nos gusta, Nos dirigimos a un trabajo que no nos llena, que no nos impulsa, un trabajo en donde aprendimos a hacer las cosas, pero no usamos nuestro talento. Nos quedamos con parejas con las que todo el día discutimos, porque somos incapaces o bien de decidir darnos la vuelta y aprender a vivir con nuestra soledad, o aprender a apreciar las diferencias que en vez de separarnos pueden unirnos, Muchos viven su vida a través de la pantalla del teléfono, ponen entre sus ojos y el más bello paisaje, o el momento más preciado el celular, y son incapaces de fijarse en los colores, en el momento, en las sensaciones. A muchos se nos ha hecho muy fácil, y hasta una costumbre decirle TE AMO a la persona amada más fácilmente a través de un chat que de nuestra propia voz, y hemos perdido la capacidad de conectarnos con la mirada, Pero sobre todas las cosas hemos aprendido a vivir con el miedo, con el miedo a no ser suficiente, a ser incapaces, a ser mucho o poco, a ser como somos, a querernos con todo y nuestros defectos, a nunca poder alcanzar nuestros sueños.

         Es por eso que decidí que no me esperaría a que llegara un Tsunami ni una Patricia a mi vida para empezar a vivir, y no necesito saber cuando habré de morir, porque no habrá diferencia en si lo sé o no, ya que hoy me lanzo con fuerza a la vida, sin temor a nada, PORQUE NO QUIERO MORIR SIN HABER VIVIDO.

                                                                                              JESSICA WOOLRICH

domingo, 25 de octubre de 2015

SE EMPIEZA POR EL PRINCIPIO


Parezco nueva en el mundo de las letras de verdad, estoy nerviosa porque no sabía ni lo que era un blog jajajaja, pero bueno ya recibí la asesoría necesaria, así es que entro por primera vez en todo este mundo del que no se mucho, pero intentaré aprender rápido.

Decidí hoy empezar con todo esto, porque precisamente hoy es cuando me sentí escritora ya de verdad, cuando los sueños se están convirtiendo en realidad, cuando después de haber tocado puertas, estas comienzan a ser abiertas para mi, para que mi imaginación se adentre de la mano de mis historias en el mundo de las letras leídas, que es muy distinto a lo que siempre he conocido. Después de todo, desde pequeña yo siempre escribía para y mi, y solo era leída por mi. De vez en vez mi familia y amigos leían algo esporádico de lo creado por mi, y bueno claro esta, después llegaron mis columnas en donde mi parte analítica se dejaba llevar para dar recuento de los sucesos ocurridos a lo largo y ancho del mundo, pero nunca me dio tanto miedo ver mi nombre escrito al final de una nota mía, porque sentía, quizás me equivoco, que la gente es menos crítica cuando escribes lo que es o lo que fue, que lo que imaginas que pudiera ser. Es por eso que ahora el miedo a ser publicada me paraliza, me siento novata en esto, tengo mas de cinco años viendo mi nombre aparecer en diversas notas y columnas creadas por mi, sin embargo no es lo mismo, o yo siento que no es lo mismo, ahora en la historia que está saliendo a la luz, va mi esencia, mi imaginación, mis sueños, y es precisamente por eso que siento este proyecto tan intimo, tan personal. Así que bueno ya está, tengo que enfrentar este miedo y compartir mi lado mas profundo, y si triunfa a gozar y celebrar, y si no lo hace, pues nada a levantarse y volver a empezar.

Desde niña siempre había soñado con escribir, y comencé a hacerlo, después, supe lo que es ser escritora, y comencé a hacerlo, y hoy supe lo que es creer en mis sueños, y dejé de soñarlos, y comenzaré a vivirlos. Tengo mi columna semanal en algunas revistas, y tengo algunos otros proyectos, sin embargo, escribir el libro fue toda una aventura para mí, fue empezar a vivir en mi cabeza un mundo inexistente que se fue narrando con el correr de las hojas que hoy están allá afuera, para que no solo sean leídas por mí sino para que sean juzgadas, disfrutadas o rechazadas por el mundo. Así que mientras que las puertas se abren completamente y mi libro es colocado en algún estante sigo narrando lo que es, las noticias importantes, analizo lo que pasa y pronostico lo que podría pasar, sin tener certeza de que lo que pienso es lo que será.


        Con satisfacción me doy cuenta de porque nací escritora, para compartir, para llevar mis ideas a lo largo y ancho de esta tierra, para que la pluma corra y las ideas se desborden, no todos estarán de acuerdo con ellas, pero habrá gente que si, y cuando esas personas y yo nos encontremos por el camino, seguramente estaremos contentas de formar parte de esta nueva tierra.


JESSICA WOOLRICH