Quienes me siguen en Facebook, quizás notaron que la semana pasada toqué en más de una ocasión el tema de los límites, y lo hice no por casualidad, sino porque en este momento estoy pasando por un proceso en el que estoy aprendiendo a poner límites, Y no me refiero a ponerme límites de hasta donde quiero llegar en la vida, ni limitar mis metas y mis sueños, sino de poner límites a mi alrededor, límites sanos que definan mi espacio, límites en donde yo ponga las reglas concernientes a MIS COSAS. Hacerle ver a la gente que YO, Y SÓLO YO, soy la dueña de mi vida, levantar la voz para defender mis puntos de vista, decir no, cuando tenga que decirlo, bueno en resumen, aprender a expresarme.
A mi en particular, me cuesta mucho hacer esto, tengo una tendencia ha buscar complacer a la gente, una tendencia que lo único que ha provocado es que en muchas ocasiones tenga que comprometer lo que pienso y lo que quiero, en favor de alguien más, lo que en definitiva no es sano, porque mi voz, mis ideas y mis pensamientos tienen tanto valor como el de cualquiera. Y es que a muchos de nosotros nos enseñaron que hay que ser educados, y nos confundieron un poco haciéndonos creer que es de mala educación contraponerte a la gente mayor, lo cual es en definitiva un error muy grande, porque debemos de aprender que grandes y chicos deben de ser respetados, que la educación no se define por que tanto uno asiente con los demás, sino por la manera en como uno respeta los puntos de vista ajenos al tiempo que defiende los propios, porque el respeto no solamente se le debe a los otros, sino principalmente a uno mismo. Yo me he dado cuenta que muchas veces en la vida no he dicho las cosas que pienso por temor a ofender a alguien más, y al hacerlo me he lastimado a mi misma, porque he tenido que lidiar con situaciones desagradables, que hubiera preferido que fueran de otra manera, sin embargo en mis manos tuve el poder de hacerlo, con tan sólo haber dado a conocer mi posición, sin embargo antepuse el complacer incluso antes de mi misma.
Hay que aprender a poner en claro algo, marcar límites y hacer escuchar tu voz, y eso no quiere decir que de un día para el otro te vayas a convertir en una persona mal educada, gritona y que vive a la defensiva, sino quiere decir que te vas a convertir en dueño de ti mismo, te vas a apreciar lo suficiente como para no hacer algo en contra de tus ideas, te vas a valorar tanto como para decir; esta es mi opinión y es muy válida, y te vas a dar cuenta que entre más lo hagas, la gente va a aprender a respetarte más, simplemente porque tú, les estás enseñando que eres una persona que pide y da respeto. Poner un límite no quiere decir que tengas que gritarle a alguien lo que no te parece, únicamente quiere decir que vas a establecer lo que quieres de manera firma, y nada más. Poner un límite significa que te amas lo suficiente para saber que no puedes, ni tienes porque gustarle a todo el mundo, por lo que si a la gente no le parece tu límite, será trabajo de ellos lidiar con eso, porque tu amor propio te impedirá de ahora en adelante permitirte ceder simplemente por el miedo a ofender.
Así que ahora que lo entiendo, me toca llevarlo a cabo. Así que si escuchan de mi un no, no es por otra cosa, más que porque es momento de decirme si a mi misma.
JESSICA WOOLRICH