viernes, 4 de diciembre de 2015

SUEÑOS AJENOS

       Algunos de nosotros en determinado momento de nuestras vidas nos damos cuenta que en un punto del camino nos olvidamos de nuestros sueños y proyectos, y comenzamos a vivir sueños ajenos, ya sea el de nuestros padres, pareja o hijos, pero sustituimos lo que siempre habíamos querido lograr, por los proyectos de alguien más. Sin darnos cuenta de las consecuencias que esto  puede traer a nuestras vidas. Esto es muy común con los jóvenes que deciden estudiar la carrera que sus padres han elegido para ellos, sólo por continuar con la tradición familiar, o por cualquier otra razón más, sin nunca preguntarse si esa carrera realmente era la que ellos anhelaban, la carrera con la que se sentían más cómodos, la profesión que querrían ejercer por el resto de sus vidas. El problema de esto es que muchas veces con el paso del tiempo llega la frustración, el enojo, los reproches, simplemente porque uno no supo decidir por sí mismo cual iba a ser el rumbo de su vida. Se ve también con las esposas que antes de casarse tenían un sueño y un proyecto y de pronto dejan todo atrás por seguir el rumbo elegido por el hombre, y se dedican a ser madre y esposa, sin acordarse de que es lo que anhelaban tiempo atrás, y bueno como estos hay muchos otros ejemplos más, de cómo nos olvidamos de nosotros mismos y le damos mayor importancia a la opinión o a las decisiones de alguien más. Y es que no es que sea malo que uno cambie de ideas, de planes y de proyectos, pero al hacerlo, hay que cuestionarse los motivos, para que estos sean porque uno elige mejores cosas que sustituyan a las anteriores, más no por rendirse y pensar que los sueños ajenos tienen mayor importancia que los propios, porque esto NO ES VERDAD. Nuestros sueños, como los de cualquier persona más, son sumamente valiosos, son los que le dan sentido a nuestra vida, son con lo que vamos a vivir cada día, nuestra profesión, nuestros proyectos, nuestros inventos o ideas, son algo personal que no tienen porqué ser elegidos por alguien más. Y es que todos debemos de aprender a respetar la libertad de los otros para elegir sus caminos, lo que a nosotros nos hace feliz puede hacer infeliz a alguien más, por lo que imponer nuestra voluntad lo único que logrará es que el otro viva una vida insatisfactoria, y mediocre.


     Cada uno de nosotros nace con dones y talentos, con capacidades únicas, y deseos personales, conforme vamos creciendo nos sentimos atraídos por cierto tipo de cosas, algunas parecidas a los gustos de nuestros padres, pero muchas otras muy distintas a las de ellos, pero esto no es malo, porque nuestra personalidad es única, nuestra mente es única, nuestro camino es único, por lo que está en nosotros decidir qué es lo que nos haría felices.


      Hace unos meses me di cuenta que había dejado en el camino mi sueño de convertirme en escritora, primero, lo había hecho a un lado por miedo, después por olvido, y al final me di cuenta que me había acoplado a la vida de los demás de tal manera que yo estaba esperando que se realizaran los proyectos de otras personas antes que el mío, en mi caso nadie me había pedido que dejara mi sueño, sin embargo yo había pasado de ser Jessica, la que sueña con publicar sus historias, a Jessica la esposa, la madre, la hija, más nunca la escritora. Hasta que un día la vida me recordó que yo tenía un sueño, y que valía la pena luchar por él, y que al hacerlo, no es que le diera la espalda a mi familia, sino que me estaba dando más valor como persona, lo que sería favorable para todos, así que solamente tendría que encontrar el balance para continuar siendo madre y esposa, pero finalmente ser la escritora que había soñado toda mi vida. Y el resultado ha sido maravilloso, y no me refiero a como ha sido recibido mi libro, sino al resultado interno, a lo que me ha provocado retomar lo que más anhelaba en la vida, me despierto feliz con mi vida, y me siento más capaz de enfrentarme a ella de la mejor manera, me siento con las armas suficientes para salir adelante, y esto lo han recibido muy bien quienes me rodean, simplemente porque están viendo la mejor versión de mi misma que puedo llegar a ser, se alegran de mi decisión porque lo que estoy dando de mi es lo mejor que tengo para dar, y ellos están recibiendo esto. 

        Así que la próxima vez que vayas a dejar tu camino por caminar un proyecto ajeno, recuerda que tus pasos deben de ser caminados por ti y por nadie más, que al final sólo tú vas a lidiar con las emociones que te provoque abandonar o perseguir tus sueños, así que si necesitas busca un balance, pero nunca claudiques en tus sueños.


JESSICA WOOLRICH