lunes, 30 de noviembre de 2015

SE PUEDE CAMBIAR

        Hay una frase que he escuchado a lo largo de mi vida, la cual antes pensaba que encerraba una verdad absoluta, pero conforme he ido creciendo y madurando me he dado cuenta que es la mentira más grande que puede haber, y es que el hecho de que la gente afirme que "LAS PERSONAS NO CAMBIAN"  provoca que muchos la vean como una afirmación real de la condición del ser humano, sin darse cuenta que al hacerlo encierran la capacidad que tenemos de ser mejores o peores personas, de acuerdo a las elecciones que vayamos tomando a lo largo de nuestras vidas. Quienes afirman esto, seguramente nunca se han detenido a analizarse, y observar si son iguales o diferentes de como eran antes, no se preguntan si tienen metas que lograr, si quieren cambiar de hábitos, si su consciencia ha o no despertado. Simplemente van por la vida creyendo que el cambio es inalcanzable, pero la realidad es muy diferente, dentro de nosotros TODOS tenemos millones de posibilidades latentes, si nos enfocamos en algo, podemos llegar hasta los límites más insospechados, simplemente porque cuando el pensamiento se modifica, el cambio es una consecuencia inmediata de esto. Hay quienes en su juventud confiaban en los demás, y de pronto una traición los puede volver desconfiados o viceversa, una buena acción los puede hacer recapacitar de las cosas buenas que existen, y como esto, hay miles de ejemplos más, de personas que cambian por una enfermedad, por un golpe de suerte, por la llegada de un amor, por nuevos hábitos, por mudanzas, o por cualquier cosa más, así que la realidad es que el cambio interno es una constante en nosotros, porque nos vamos adaptando a la vida. 


        Quienes me conocieron hace siete años no creen que yo sea la misma persona de entonces, simplemente porque mis prioridades han ido evolucionando, lo que antes me atraía, hoy ya no lo hace, y lo que antes no me interesaba hoy es el centro de mi vida, y esto evidentemente provoca reacciones distintas, pensamientos diferentes, sentimientos con los que me siento más cómoda y tranquila, y bueno en general, hace que la persona que hoy soy no reconozca a quien ayer fui, y esto lo logré por una sencilla razón: No me conformé con quien era y supe que podía cambiar, así que dejé de lado los malos hábitos, las malas decisiones, las actitudes falsas, el desamor, y aprendí a valorarme y a darme cuenta de que yo, como cualquier otra persona puede ser la mejor versión de si mismo que desee, así que quien diga que uno no puede cambiar, debería empujarse a si mismo a elegir un nuevo destino, y le aseguro que lo logrará.


        Y para mi el secreto para el cambio es que debe de venir de un impulso interno, algo que nos haga querer mejorar, algo que nos motive, así que en una cosa estoy de acuerda en la famosa frase de que "LAS PERSONAS NO CAMBIAN", y es que las personas no cambian porque se les exija ser distintos de como son, hay mucha gente que cuando empieza una relación condiciona su amor hacia el otro diciéndole que podían ser felices si tan solo cambiara, al tiempo que le da una lista enorme de cien mil cosas que necesita modificar, sin darse cuenta que entonces no quiere a la persona que tiene enfrente, porque está buscando a alguien diferente. Así que ese cambio no será real, habrá quienes dejen de salir con sus amigos, se vistan diferente, o tomen decisiones por complacer al otro, pero si ese cambio no está impulsado por los anhelos internos, y por una consecuencia a la evolución, madurez y crecimiento, entonces el cambio no será real. Por lo que evita caer en la trampa de querer convertirte en alguien diferente sólo por complacer a los demás. Cambia cuando decidas cambiar, elige los cambios que A TI te hagan feliz, date a ti mismo la posibilidad de ser quien tu elijas, como tu elijas y cuando tu elijas, que al final nadie más que tú va a vivir con toda la vida esos cambios, así que tómate tu tiempo, pero recuerda que eres capaz de llegar hasta los límites que tu mismo te impongas.

JESSICA WOOLRICH