lunes, 11 de julio de 2016

EL CAMINO

        De un tiempo para acá, he tratado de seguir nuevos parámetros que considero son los mejores PARA MI, con los que me siento satisfecha, me siento un mejor ser humano, o al menos siento que estoy haciendo un esfuerzo para ser mejor cada día, dentro de estos parámetros, principios, creencias o ideas es el que busco no emitir juicios respecto a los demás, antes me era muy fácil emitir un juicio y decir tu postura no está bien, sin embargo ahora cuando escucho algo que se contrapone con lo que yo pienso, si decido hablar, busco no hacerlo desde el juicio o la creencia de que yo estoy bien y tú estás mal, doy mi punto de vista y digo:yo pienso esto y a mi me ha funcionado, pero al final tú eres libre de elegir lo que tu creas mejor. trataba de compartir mi experiencia, para quizás contagiar un poco de lo bueno que en mi interior he estado sintiendo, sin embargo llegue a un punto en el que comencé a cuestionarme si el hecho de decir o más bien de pensar que mi camino era un buen camino, y que sentía mucho que alguien más fuera por un camino de sufrimiento, no era una forma de criticar, de juzgar, de separarme de los demás, por lo que entré en un estado de confusión en el que no comprendía como podía buscar ayudar a alguien sin sentir que esa persona necesitaba ayuda por no haber elegido otro camino, me hice miles de nudos en la cabeza tratando de descifrar como se puede no darse cuenta o no "juzgar" si alguien ha hecho algo incorrecto, y no me refiero a incorrecto desde el; yo estoy bien y tú mal, sino incorrecto desde la noción que algo ha generado sufrimiento. Estoy escribiendo algo tan enrededado como cuando todos estos pensamientos estaban en mi cabeza.

        Pero bueno el otro día entendí que no está mal sentir que una persona no va por un buen camino, sentirlo desde la compasión y no desde el juicio, hacérselo saber desde el amor, no desde el ego y la soberbia, buscar ayudarlo, desde la unión, no de la separación. Lo entendí porque leyendo un libro de Neale Donald Walsch, hubo una frase que me hizo comprenderlo todo, y es que ahí se señala que no está mal darse cuenta que si una persona tiene la intención de llegar a Seattle, pero dirige sus pasos hacia Sacramente, no podrá llegar a su destino, y ahí comprendí todo. Y entendí que muchas veces en la vida nos perdemos del camino inicial, sin ni siquiera darnos cuenta, creemos, que aún vamos en el sendero que nos llevará hacia nuestro objetivo, pero en un punto del camino, tomamos una decisión que cambio el rumbo de nuestros pasos, por lo que encontrarnos con un letrero que señale que vamos por el camino incorrecto, no está mal, al contrario, es una ayuda maravillosa. Tender la mano en el camino es una forma de avanzar juntos, sin que los objetivos, ni los senderos necesariamente tengan que ser los mismos, es solamente que en cierta parte del trayecto, podemos hacernos compañía, podemos ser los letreros que señalan por donde vamos. Estos letreros, normalmente son aprendizajes, o personas que con amor pueden señalarnos el camino correcto, y de esta forma, entre todos encontraremos mejores caminos. 
       
        Así que, si hoy veo que alguien está sufriendo me atrevo a decir, con amor, cariño, compasión y correcto, hay otro camino donde puedes ser más feliz. Pero también hoy le pido a la vida, que si me equivoco de sendero, me tope con la persona que sea capaz de decirme sin juicios que me he perdido en el trayecto, por lo que si el día de mañana alguno de ustedes me encuentra en el camino, quiero que sepan que mi destino, o mi objetivo es la felicidad, si ven que voy hacia otro rumbo, les pido me lo hagan saber, porque tal vez esté perdida y ni siquiera me haya dado cuenta.

JESSICA WOOLRICH