Estoy en un punto en mi vida en el que poco a poco voy construyendo mis sueños, no es fácil, porque a veces quisiera comerme el mundo de un solo bocado, y el hecho de ir a paso lento, no me es muy sencillo, sin embargo, con el paso de los años he tenido que adaptarme a la velocidad de la vida, y es que yo tiendo a ser excesivamente soñadora, tanto que a veces me cuesta aterrizar mis sueños, porque prefiero seguir soñando, así que de pronto llegué a un punto de mi vida en el que me di cuenta de que por estar soñando y planificando simplemente no estaba actuando, por lo que decidí arrancar, y aceptar las cosas conforme fueran llegando y de esta manera actuar de acuerdo a lo que se necesitara en cada momento.
A muchos de nosotros nos pasa que vamos por la vida peleando con lo que es, y soñando en como quisiéramos que fueran las cosas, y no es que nos peleamos como tal de forma agresiva, con gritos, reproches y demás, sino que simplemente no aceptamos las cosas tal como son, y muchas veces las evadimos. En mi caso, yo tenía muchos años soñando con vivir en otro lugar, por lo que repelaba constantemente de mi país, y no valoraba las pequeñas y grandes cosas que tiene, soñaba con el lugar ideal y en ese lugar es donde se posaba mi mente. Sin embargo cuando la vida me llevó a ese país soñado, estaba tan acostumbrada a rechazar el lugar donde vivía, por seguir soñando con otro sitio, que nunca valoré que la vida ya me había llevado hasta mis sueños, así que no disfruté nunca ese momento. Y de pronto ahora me vuelvo a ver en el punto de partida y me doy cuenta que tenía que valorar todo lo que tenía para finalmente ser feliz, claro, mi país no es perfecto y tiene defectos, pero también tiene cosas muy positivas que sólo se pueden ver cuando estamos dispuestos a valorar las cosas tal como son, es por eso que hoy valoro lo que tengo, y claro sigo teniendo proyectos y sueños, pero ahora no dejo que mis sueños me hagan perder el piso, ahora gracias a varios golpes de la vida, he aprendido que uno tiene que apreciar todo lo que tiene en la vida. Si nuestra casa no es perfecta y tiene grietas, aún así tenemos casa, si nuestro cuerpo no es la talla que queremos no debe de ser más importante que el saber que tenemos salud, si nuestra familia no es la familia perfecta de telenovela, podemos adaptarnos y ser parte de ella, apreciarla y ser feliz, así con lo que viene, con lo que tenemos, con lo que somos, incluso con lo que no somos.
Muchas veces, no nos damos cuenta que la vida no tiene que ser la imagen perfecta formada a partir del recorte de varias revistas, sino que la vida perfecta es aquella en donde día con día decidimos vivir lo mejor que podemos con lo que tenemos, luchando por lo que soñamos, sin despreciar lo que nos ha llegado, debemos de evitar que nuestro presente se pelee con nuestro futuro y que nuestros sueños hagan las pases con nuestros logros, de esta manera habremos construido la mejor vida posible. Hay que valorar en donde estamos plantados hoy en día, y a partir de ese lugar es desde donde podremos andar un buen camino hacia el sueño que tanto hemos anhelado.
Sólo viviendo en plenitud con lo que tenemos, podremos valorar lo que queremos.
JESSICA WOOLRICH