lunes, 9 de mayo de 2016

CARRERAS Y METAS


        Mi hijo tiene tres años, a mi me gusta hacer deporte, pero nunca he sido maratonista ni mucho  menos, pero aún así lo incribí a una carrera, que yo sabía no correría, si acaso la terminaría más porque yo fuera a su lado, medio cargándolo, medio jalándolo, y motivándolo, y sin embargo lo inscribí, el primer lugar se llevaría un ipad, lo cual sería un excelente regalo más para mi que para él, al ser el más pequeño de su categoría, yo estaba seguro que no se lo iba a llevar, pero aún así lo inscribí, no él ni yo teníamos tenis para correr, y el calor estaba infernal en esos días, pero con todo y todo lo inscribí. Había muchas razones para que no lo inscribiera, pero me di cuenta de que para mi, esas razones estaban siendo más bien excusas o justificaciones, para no hacer el esfuerzo, para no llevarlo, para no gastar dinero, aún cuando yo sabía que el resultado final de la carrera a corto plazo sería que mi hijo se iba a divertir, iba a disfrutar un evento nuevo, lleno de niños, de risas, de juego, de diversión. Pero lo que más me importó fue el resultado a largo plazo, mi intención es enseñarle a mi hijo que la vida está llena de metas, que las carreras no son competencias con los demás, sino caminos en los que elegimos como andar, la velocidad, el paso, el objetivo. Carreras, y caminos en donde a veces vale más la pena detenerse a observar el paisaje, que llegar pronto a la meta. Carreras en donde el premio final no es el primer lugar, sino la satisfacción que tenemos de elegir nuestros pasos. Metas que a veces se verán lejanas, pero con nuestros pasos nos iremos acercando. Obstáculos, excusas, justificaciones, que nos alejan del camino, un camino que sólo podemos retomar si nos encaminamos de nuevo hacia él.


        Pero sin duda alguna, lo más importante que le quiero enseñar a mi hijo sobre una carrera, es la palabra elección, el hecho de que tenemos la capacidad de elegir caminos, carreras, metas, trayectos, andares, elegir la velocidad de nuestros pasos, elegir los trofeos y preseas, la forma en que cruzaremos la meta, la manera en que apreciaremos el camino, en que nos recuperemos de las derrotas, en que aceptaremos los triunfos, en que nos tendamos la mano con los competidores, la forma de vivir nuestra vida. Por eso lo inscribí, para correr a su lado su primer carrera por la vida, porque el día de mañana el elegirá su destino, y a mi sólo me quedará esperarlo en la meta.

JESSICA WOOLRICH