Desde hace unos meses estaba
siguiendo una página de Facebook, creada por la mamá de un valiente guerrero
que luchaba en contra de un tumor, la seguía no por el morbo, no por
curiosidad, sino por empatía, porque yo soy madre, y no pudiera imaginar estar
en medio de una situación como esa, su Emilio, se me figuraba tanto a mi Luis,
que con cada avance mi corazón se sentía
aliviado, y cada retroceso, me desgarraba el alma por completo,
desafortunadamente ayer por la noche súper que el alma de ese pequeño y maravilloso guerrero estaba descansando, su espíritu ahora
andaba libremente jugando por el mundo.
Eran las 12 de la noche, mi hijo despertó y me fui a
acostar con él un rato en su cama, después de todo esa noche era muy
importante, porque era su primer día en una cama de grande en un cuarto nuevo,
así que entré a velar un rato su sueño, para perder el tiempo y no quedarme
dormida me metí al Facebook y fue cuando leí un mensaje escrito por la mamá de
Emilio en donde cada palabra era un reflejo del amor más puro, más elevado, más incondicional,
sentí que mi alma se partía en mil pedazos, porque sin conocerla, me dolía su
camino, vi a mi hijo dormido y entonces lo supe, supe que la vida se tiene que vivir a cada instante, a cada
segundo, hoy estamos, mañana no sabemos, hoy gozamos de salud, mañana puede ser
que no, ninguno de nosotros sabe el día exacto de cuándo va a terminar su
historia en esta tierra, pero lo más importante es que sabemos que esta
historia ya ha comenzado, pero muchas veces no nos decidimos a aventurarnos en ella por completo, por estar
esperando el instante correcto. Pero ¿qué instante correcto? ¿qué suceso? hoy
ese ese instante, hoy es ese
momento, no podemos dejar la vida se nos escape esperando que as
circunstancias se acomoden a nuestro antojo para entonces elegir ser felices, elígelo hoy, no mañana, no
pasado, elige la vida que anhelas y lucha por ella, no desperdicies ni un sólo
momento, el tiempo es oro y cada instante es valiosísimo, no te
enfoques en pensar en qué momento llegarás a la estación, mejor disfruta el
camino, el paisaje, muchas personas se han bajado del tren antes que tú, y
estoy segura que muchos se arrepintieron de no haber disfrutado el trayecto.
Por eso no esperes a mañana, hoy lánzate a la vida, ama con intensidad a los tuyos, encuentra tu pasión y
gózala, busca un balance entre lo que tienes y lo que quieres y estoy segura
encontrarás la felicidad.
Estas dos últimas semanas la muerte me ha dejado grandes enseñanzas de vida, y la más
importante es que nunca sabremos en que momento tendremos que bajarnos
del vagón, en que momento tendremos que decirle adiós a nuestros sueños, a
nuestros proyectos y dejar atrás a las personas que tanto amamos, muchas veces
no podremos despedirnos con anticipación, por eso al menos hoy hazles saber que
eres feliz por tenerlos en tu vida, abrázalos con el alma, dales las gracias, y
si el día de hoy tienes que partir, habrás vivido una vida de entrega, de amor,
de empeño de intensión, más bien simplemente HABRÁS
VIVIDO, tal como seguramente hoy vive la mamá de Emilio.
JESSICA WOOLRICH